Parroquia Santuario

Nuestra Señora del Rosario

Evangelio del día

Evangelio de hoy Sábado 14 de Junio de 2025
Sábado de la décima Semana del Tiempo Ordinario
Lectura del santo evangelio según San Mateo 5, 33-37
Evangelio del día
“ No juréis en absoluto ”

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey.

Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno».

Palabras de los Papas

Ser libres —según el programa de Cristo y de su Reino— no quiere decir goce, sino fatiga: la fatiga de la libertad. A precio de esta fatiga el hombre «no derrocha», sino que «recoge» y «acumula» con Cristo. ¡Mis queridos amigos! Esta unidad es vuestra tarea particular, si no queréis ceder, si no queréis rendiros a la unidad de ese otro programa, el que trata de realizar en el mundo, en la humanidad, en nuestra generación, y en cada uno de nosotros, aquel a quien la Sagrada Escritura llama también «padre de la mentira» (Jn 8, 44). (…) Aprended a pensar, a hablar y a actuar según los principios de la sencillez y de la claridad evangélica: «Sí, sí; no, no». Aprended a llamar blanco a lo blanco, y negro a lo negro; mal al mal, y bien al bien. Aprended a llamar pecado al pecado, y no lo llaméis liberación y progreso, aun cuando toda la moda y la propaganda fuesen contrarias a ello. Mediante esta sencillez y claridad se construye la unidad del Reino de Dios, y esta unidad es, al mismo tiempo, una madura unidad interior de cada hombre, es el fundamento de la unidad de los esposos y de las familias, es la fuerza de las sociedades: de las sociedades que acaso sienten ya, y sienten cada vez mejor, cómo se trata de destruirlas y descomponerlas desde dentro, llamando mal al bien, y pecado a la manifestación del progreso y de la liberación. (Santa Misa para los estudiantes universitarios como preparación a la Pascua, 26 de marzo de 1981)