En aquel tiempo, Jesús dijo: «¿Con qué podré comparar a esta gente? Es semejante a los niños que se sientan en las plazas y se vuelven a sus compañeros para gritarles: ‘Tocamos la flauta y no han bailado; cantamos canciones tristes y no han llorado’.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron: ‘Tiene un demonio’. Viene el Hijo del hombre, y dicen: ‘Ése es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y gente de mal vivir’. Pero la sabiduría de Dios se justifica a sí misma por sus obras».
Palabras del Santo Padre
“Al ver a estos niños que tienen miedo de bailar, de llorar, de todo, que piden seguridad en todo, pienso en estos cristianos tristes que siempre critican a los predicadores de la Verdad, porque tienen miedo de abrir la puerta al Santo. Espíritu. Oremos por ellos, y oremos también por nosotros, para que no nos convirtamos en cristianos tristes, cortando la libertad del Espíritu Santo para venir a nosotros mediante el escándalo de la predicación». (…) Es impactante que Dios nos hable a través de hombres con limitaciones, hombres pecadores: ¡es impactante! Y es aún más impactante que Dios nos habla y nos salva a través de un hombre que dice ser Hijo de Dios, pero termina siendo un criminal. Eso es impactante». (Santa Marta 13 de diciembre de 2013)