En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto».
Le dijo Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta». Jesús le replicó: «Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras.
Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aun mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre».
Palabras de los Papas
La última conversación de los discípulos con su Maestro está llena de contenido profundo; En él convergen los elementos más profundos de la Buena Nueva y están de algún modo contenidos en ella. Durante su misión terrena, Jesús había hablado continuamente del Padre, había vivido siempre unido a Él, se había referido a Él en todo. Él, que es totalmente de Él y para Él, había mandado a sus discípulos que le oraran llamándole: “Padre nuestro”. En la Última Cena, respondiendo a la pregunta de Felipe, dice: «¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que está en mí hace las obras… creedme por las mismas obras» (Jn 14,10-11). (…) Dios, infinito y misterioso, en su Hijo unigénito se acercó al hombre de modo inefable: en Él, Verbo hecho carne, Dios se hizo hombre. Por eso el hombre ahora puede ver a Dios: «Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn 14, 9). Pero Dios hizo aún más: Cristo, el Hijo de Dios, vino entre los hombres como Camino hacia el Padre. (San Juan Pablo II – Homilía en el Valle de los Templos, Agrigento, 9 de mayo de 1993)