Parroquia Santuario

Nuestra Señora del Rosario

Evangelio del día

Evangelio de hoy Viernes 12 de Diciembre de 2025
Viernes de la II Semana de Adviento
Lectura del santo evangelio según Lucas 1, 26-38
Evangelio del día
“ ¿Con quién compararé a esta generación? ”

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.

Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.

El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”.

María le dijo entonces al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios”. María contestó: “Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”. Y el ángel se retiró de su presencia.

Palabras de los Papas

La imagen del Evangelio con «los niños que tienen miedo de bailar, de llorar», que tienen «miedo a todo, que piden seguridad en todo», lleva a pensar «en esos cristianos tristes que critican siempre a los predicadores de la verdad porque tienen miedo de abrirle la puerta al Espíritu Santo». De ahí la exhortación del Pontífice a rezar por ellos y a rezar también por nosotros mismos, para que «no seamos cristianos tristes», de esos que quitan «al Espíritu Santo la libertad de venir a nosotros a través del escándalo de la predicación». (…) Es escandaloso que Dios nos hable a través de hombres con limitaciones, hombres pecadores: ¡es escandaloso! Y es aún más escandaloso que Dios nos hable y nos salve a través de un hombre que dice ser el Hijo de Dios, pero termina siendo un criminal. Eso es escandaloso.  (Papa Francisco, Homilía Santa Marta, 13 de diciembre de 2013)